Tu mano deslizándose sobre la mía, mis dedos posados en tus labios, tu mano en mi mejilla, mis dedos jugando con tu pelo, tus manos cogiendo las mías, mis dedos trazando suaves líneas sobre tu espalda, tus manos rodeando mi cuello, mis dedos descendiendo desde tu cuello hasta tus pechos, tus manos apretando mi cuerpo contra el tuyo.
jueves, 16 de diciembre de 2010
Y mientras sus manos recorrían mi cuerpo, le pregunté:
- ¿Donde estuviste todo este tiempo?
- Buscándote -contestó mirándome a los ojos.
Ese sencillo momento bastó, para que mi corazón diese saltos de alegría durante una hora más. Una hora completamente dedicada a él. En la que, después de dos años, mi corazón volvía a latir ilusionado.
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